Por Jorge Ebro
Granma, que inicia su trote este miércoles (5 pm) ante los Tigres del Licey, conserva su aroma de equipo oriental, pero con nueve refuerzos que lo convierten en una selección nacional con lo mejor que va dejando la irregular marea de la pelota cubana.
Desde la isla ponderan el pitcheo de este conjunto, pero creo que si los Alazanes pretenden dar la sorpresa en Culiacán, tendrán que hacer carreras a borbotones, guiados por la clase del veterano Alfredo Despaigne y el empuje joven de Yoelkis Céspedes.
Licey, el equipo más ganador de todos los tiempos en Series del Caribe, se reforzó luego de una final de ensueño en la República Dominicana y cuenta con varias figuras de experiencia en la pelota profesional.
Es el mismo caso de las Aguilas del Zulia, equipo que destruyó una racha de 17 años de sequía titular en Venezuela y se reforzó de manera inteligente bajo la conducción del estratega Lipso Nava, una figura muy respetada dentro de esa organización.
Los Criollos de Caguas, en representación de Puerto Rico, vienen a ser como los primos pobres del área, y son un reflejo de los problemas que vienen golpeando al béisbol en la Isla del Encanto. Será interesante ver el desempeño de Rusney Castillo.
Y, claro está, Mexicali aparece como la novena con mayor ribetes de favorito por estar en su casa, por el apoyo irreductible de su fanaticada y por el béisbol lleno de fundamentos que los equipos norteños suelen mostrar en estos eventos.
Los Aguilas, que por cierto llevan a tres cubanos en sus filas, esperan continuar el buen paso de otros equipos de la Liga del Pacífico, al punto de haber ganado cuatro de las seis últimas ediciones del Clásico Caribeño.
A diferencia de la pasada contienda en Santo Domingo, rumbo a Culiacán se respira un aire diferente, señal de que todos los implicados le están prestando más atención a esta cita de Culiacán.
Alguna que otra voz se ha levantado para pedir que México, con su poder económico y sus flamantes estadios, sea sede permanente de las Series. Nadie supera a los aztecas en recursos y organización.
Sería una sorpresa que Cuba levantase el trofeo de campeón. Las embajadas previas fueron superiores en personal. A Culiacán acude el resto del resto, lo mejor de ese gran descarte en que se está convirtiendo la Serie Nacional. Carlos Martí, el manager cubano, es un buen hombre de béisbol, pero no un mago, a pesar de que esta calendario puede provocar situaciones complejas para todo el mundo.
Por encima de todo, Cuba deberá resolver su traspaso de «invitada» a miembro pleno, pues de lo contrario habrá terminado esta segunda era en unas Series del Caribe que cada cierto tiempo requieren de un balón de oxígeno.
Este puede ser uno de ellos.
Desde la isla ponderan el pitcheo de este conjunto, pero creo que si los Alazanes pretenden dar la sorpresa en Culiacán, tendrán que hacer carreras a borbotones, guiados por la clase del veterano Alfredo Despaigne y el empuje joven de Yoelkis Céspedes.
Licey, el equipo más ganador de todos los tiempos en Series del Caribe, se reforzó luego de una final de ensueño en la República Dominicana y cuenta con varias figuras de experiencia en la pelota profesional.
Es el mismo caso de las Aguilas del Zulia, equipo que destruyó una racha de 17 años de sequía titular en Venezuela y se reforzó de manera inteligente bajo la conducción del estratega Lipso Nava, una figura muy respetada dentro de esa organización
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