Por JORGE EBRO
Yadier Alvarez es un producto inacabado, pero si los Dodgers lo moldean bien pueden terminar con una obra de arte. Arcilla tienen para trabajar, solo precisa de manos que le den el terminado ganador durante su paso por las Menores.
Considerado una de las joyas de la diadema de prospectos de Los Angeles, el cubano se encuentra, a sus 21 años, en Clase A, intentando abrirse paso en una franquicia repleta de talento y profunda en historia.
Ahora mismo está considerado el segundo mejor prospecto de Los Dodgers, pero él es el primero en reconocer que todavía le queda camino por recorrer, aunque bastante ha avanzado desde que firmara en el 2015 con apenas 19 años.
¿Qué sentiste cuando te seleccionaron para estar con las Estrellas del Futuro?
«No me lo creía. Al final es un premio al trabajo y es mejor saber que te tienen en cuenta, que lo que haces no pasa inadvertido y hay personas evaluando tu rendimiento en el terreno. Me llena de alegría».
¿Y pensabas que no se daban cuenta?
«Yo sé que algún día podrán llamarme a Grandes Ligas. Solo tengo que salir a lanzar lo mejor posible, dejar el alma y el brazo en cada actuación. Que la ética de trabajo hable por uno. Sé que las Grandes Ligas miden todo eso».
¿Te fue muy difícil llegar hasta aquí?
«Pudiera decirte que el idioma, pero esto fajado con él y ya empiezo a entenderlo. Las demás batallas son producto natural de mi edad, del proceso de desarrollo. Hoy chocas con un problema y mañana lo resuelve. Nada que no pueda solucionar con dedicación. No estoy desesperado».
¿Qué dos cosas identificarías como diferentes entre la pelota cubana y esta?
«Aquí se trabaja con dos cosas fundamentales: disciplina e inteligencia. Al principio me costó trabajo entenderlo por lo niñito que era, pero en la madurez voy comprendiendo las reglas del juego y de la vida».
En ese momento inicial cuando saliste de Cuba para probar suerte, ¿te dio miedo?
«El miedo no está en mi. Es algo que he logrado contener o al menos lo disimulo. Cuando me parece que voy a sentir miedo soy más feliz. Logro controlar la adrenalina y sobrepaso todos mis límites».
¿Sientes alguna responsabilidad por ser parte de la nueva ola cubana?
«Mucha. Los que están ahora han puesto bien en alto la bandera. En el futuro nos tocará a nosotros tomar el relevo y seguir camino para que Cuba siempre tengo su orgullo en las Grandes Ligas, de una generación a otra».