Repasemos. Hace un tiempo atrás —como arranca todo buen drama— la Comisión Nacional de Béisbol hablaba de períodos “Clásicos”, de que el manager se mantendría por cuatro años al frente del team Cuba. Hace un tiempo atrás, ellos dijeron: «Hasta el 2017» y Mesa hizo planes a largo plazo, hasta que un buen día le tocaron el hombro y lo bajaron del avión a los Panamericanos de Toronto. Roger Machado le hacía sombra, un campeonato nacional —cosa que no consigue Mesa tras disímiles intentos— removía la conciencia de la Comisión. Había que darle un nuevo aire al banquillo de director y Machado se frotó las manos. ¿El ciclo prometido hasta el Clásico? ¡Quién se acuerda! Machado se emocionaba y Mesa se enojaba.
«No me pongan más, que yo no vivo con eso. Yo vivo con Matanzas, si quieren, si no, voy para “afuera” a trabajar», decía el sagüero y empacaba sus trastos rumbo a Miami. «Yo sé que todo el mundo quiere dirigir el equipo Cuba», le espetaba a quien le sirviera el sayo. ¿Un dardo a Roger? Habló desde el dolor y se fue a la ciudad sol a mitigar sus penas. Pasaron los días, y mientras Machado patinaba en los Panamericanos, Mesa recorría el Marlins Park. El mentor avileño “decepcionaba” a la Comisión —un bronce regional-amateur no alcanzaba— y apelando a la “dialéctica” que antes usó, le devolvió los flashes al 32.
Cuatro meses después, Víctor Mesa volvía al timón del Cuba para el Premier 12. «La elección obedece a sus resultados y experiencia en la conducción de otros equipos en varias competiciones internacionales», informaba el comunicado que se dicta a puertas cerradas en la Comisión Nacional y luego se lee con voz engolada a la prensa invitada. Mesa, sonreía y — ¡qué casualidad!— Roger también. El director recién destituido eliminaba a Villa Clara en el Sandino y ahí mismo arremetía contra los métodos de la Comisión: «No me han llamado, no me han dicho el por qué me dan un día el equipo y al otro me lo quitan. Yo sigo luchando con mis Tigres, pero sigo esperanzado». Esta vez nadie llamó a su puerta y Mesa igual salió al Premier, y regresó trasquilado. Pero se mantuvo ahí, “arriba de la bola”.
La Comisión Nacional tal cual se dice se contradice, por eso cuando un nuevo escándalo debatió en su centro al mentor del Cuba (Mesa agrede a jóvenes en Pinar del Río, según una nota de la Comisión de aquella provincia), cocinaba en secreto a Javier Méndez para la nueva contienda en el paisaje. Los Industriales cumplían un buen rol en la 55 Serie y la elección de Méndez no sería anti popular. Cuando aquello se presagiaba como una verdad de Perogrullo, la carta que se viró — ¡sorpresa!— fue nuevamente la de Mesa. Le tocaba dirigir ante el Tampa Bay y Barack Obama en el Latino. Y perdió.
Sucede que el Clásico Mundial está en la esquina. Marzo de 2017. Desde Cuba pre-nominaron a 50 atletas, pero no pre-nominaron a nadie en la dirección de ellos. Sucede que Roger Machado repitió Campeonato y presumió de buen estratega en la 55. Machado revolucionó alineaciones el día donde otros son conservadores. Revolucionó con método, no a lo gurú, ni a tientas. Sucede que Mesa volvió a quedarse a las puertas de una final con Matanzas y ya van un sinfín de intentos. Ambos también reúnen un serio historial de expulsiones, culpemos a esa enfermedad rara, que algunos hacen llamar “sentir el béisbol”.
Por estos días, cuando la 56 Serie entra en su recta final, sospecho que la Comisión está esperando resultados, para tomar decisiones. Está llena de dudas a pesar de records de victorias de los Cocodrilos y pase anticipado a los Play Off. ¡Hasta la Comisión Nacional sabe de lo inflado y anti-beisbolero de esas estadísticas! No quiso nombrar a uno, así que la pugna silenciosa continúa. ¿De qué depende? Si Roger no gana esta Serie, es letra muerta respecto al Clásico. Cualquier otro manager ganador, le da votos al de Matanzas en año “cuasi” perfecto para su novena en la liguilla cubana.
No obstante, Mesa daba pistas a futuro, allá por la visita de los Rays: «Vladimir (García) será importante para nosotros en el Clásico». Todo indica que el ciclo se cierra con él dando señas desde el banco. Eso, o la Comisión Nacional apela a su accionar natural y reanima la “dialéctica”, y Machado se le atraviesa a Mesa, otra vez. Los play off, además del lógico campeón, reserva ese suspenso. Culebrón a la vista.
1 comentario
bueno, no se ni que decir, algo si es real yo los llevaría a los dos, uno como director y el otro como entrenador asistente, aunque, esperen…. y Carlos Martí porque me hace seña? bueno que la Comisión haga como siempre, lo que le de la gana.