Por Norland Rosendo
Algunos se asombraron cuando Eduardo Paret, necesitado de hombres productivos con el madero, pidió al jovenzuelo César Prieto. Hasta el muchacho quedó sorprendido, pese a que nunca perdió la esperanza de que algún mentor lo solicitara como refuerzo.
A César, habitual camarero y segundo en el line up de Cienfuegos, le cambiaron ambas funciones. Serás torpedero y primer bate, le dijo Paret, y el discípulo le respondió: lo mío es jugar, usted decida dónde.
Aunque aún tiene que mejorar su disciplina en home y tener un poco más de paciencia para ganarse más boletos, César está entre los máximos productores de hits (108 sin contar el juego de ayer), toca muy bien la bola, tiene muy buenos desplazamientos entre las bases y dice que no sabe si en el futuro vuelva a defender el segundo cojín, porque se ha enamorado de las paradas cortas.
Con esa actuación se ha levantado la expectativa sobre si es elegible como el Novato del Año. En el campeonato pasado fue 17 veces al bate con los Elefantes sureños y ese es el argumento esgrimido por quienes vetan la iniciativa.
Lamentablemente, la prensa especializada, que participa en la selección del Todos Estrellas, y la Dirección de Béisbol, hasta donde pude investigar, no han elaborado un documento que regule esos casos, aunque sí ha habido criterios divididos en propuestas de años precedentes.
Sin embargo, hurgando en los archivos de nuestro estadístico Benigno Daquinta, en la historia de nuestros campeonatos varios atletas han merecido ese premio pese a haber jugado en campañas anteriores.
El pitcher capitalino René Espín Delgado fue seleccionado el Novato de la Serie 31 (1991-1992) por la zona occidental, pues ese año se escogieron uno por cada región, después que debutara en la temporada 28 cuando lanzó dos innings con Metropolitanos.
Luego, en el campeonato 48 (2008-2009), el premio al novel de mejores resultados fue a las manos del guantanamero Michel Gorgüet, quien dos años antes había ido 13 veces al bate. Por último, el avileño Eliecer Griñán, novato de la serie 56, tuvo un turno oficial con los Tigres en la justa 53.
Quizá se percató de un detalle: en todos los casos mencionados hubo un período de inactividad entre la campaña en la que debutaron y en la que merecieron el premio.
En la actual temporada no hay un joven con más méritos para alzarse con ese galardón que César Prieto. Sus números, su proyección y su soltura en el campo de juego lo confirman.
Para evitar situaciones semejantes, y acorde al mismo apego estricto a la institucionalidad que está exigiendo en los últimos tiempos la dirección de béisbol en Cuba, sería bueno que quedaran definidos los límites mínimos.
Yo, si no hay un cambio brusco en lo que queda del campeonato, hago pública mi intención de votar por él.