Foto: Calixto N. Llanes
Por: Rudens Tembrás Arcia
La Habana.- VIVE el béisbol a ras del suelo, lo más cerca posible del diamante, del polvo, del olor a strikes, swines y jugadas. Prefiere salir del banquillo, tomar el sol y apreciar de pie cada detalle del complicado juego.
Destacó en los terrenos, sobre todo en edad juvenil, pero siente que no le queda el calificativo de gran pelotero. Ese lo deja, y asigna, a compañeros que fueron capaces de rendir a sus pies el Latinoamericano y cautivar para siempre el corazón de la gente.
Así de humilde y generoso se muestra Guillermo Carmona Casanova, el nuevo timonel de unos Industriales que buscarán la corona en la 60 Serie Nacional, cuya fecha de inicio depende ahora mismo de que se contenga la propagación de la COVID-19.
Su nominación tiene sabor a deuda, a subsanación de un error del pasado reciente. Por eso, quizás, ha resonado tanto en las redes sociales y algunos medios de comunicación. Sin embargo, más que un acto de justicia se antoja la mejor opción para una provincia que hace diez años no toca la cúspide de la pelota nacional. Así lo considera su antecesor, el galáctico Rey Vicente Anglada.
JIT encontró hace poco a Carmona en el Estadio Santiago “Changa” Mederos, y sus palabras brotaron al compás de una dura sesión preparatoria.
Dirigir Industriales no es cosa de juego…
Así mismo. Implica una gran reponsabilidad que asumo poniendo la disciplina del grupo por delante. Trato de que esa sea la óptica predominante desde los entrenamientos.
Por aquello de tratarse de un equipo indisciplinado…
No lo veo así, pero si esa imagen prevalece tenemos que buscar la forma de hacer mejor las cosas y borrarla.
No hablamos de una franela cualquiera…
Este equipo tiene tradición y una larga historia, es seguido y perseguido. Muchos nos apoyan, pero más nos adversan y casi nadie se nos suma cuando su novena queda eliminada. Tenemos esas características y por tanto hay que hacer bien las cosas. El grupo de trabajo intenta que los atletas asimilen tal realidad y rompan los tabúes existentes.
No llegas de “afuera”… ¿Cuánto aportaron las dos temporadas al mando de Anglada?
Importantes, lo mejor que pudo pasarme. No es lo mismo ver que escuchar el cuento. Conozco las deficiencias y en qué somos vulnerables. Haber acompañado a Rey será de gran ayuda ahora.
¿Qué tal el colectivo técnico?
Se mantienen casi todos los integrantes, excepto Anglada y Benito Camacho, de ahí la incorporación de Alexander Mayeta y Javier Gálvez. Rudy Reyes asume mi anterior labor y aprovecho para decir que puede ser el futuro mánager de Industriales.
Eso sonará polémico…
Está haciendo el trabajo, conoce el grupo, tiene autoridad sobre los jugadores y condiciones para dirigir. Le falta experiencia, pero la irá ganando.
Anglada salió, pero lo veo sentado a tu lado en estas prácticas…
Rey y Benito siguen colaborando con el grupo. Y el 36, en particular, se mantiene aquí como el primero. Viene a ser el otro mánager. De hecho, no es el único porque no quiere.
Un día, de jarana, le dijimos que yo dirigiría en las provincias y él en el Latinoamericano. Al final lo que más le pesa es “cruzar el túnel” (risas). Le agradezco mucho a ese hombre.
La nómina conserva casi todas las figuras principales…
Ahí están Stayler, Urgellés, Barcelán, Alomá, Frank Camilo, Guillén, Aroche, Andresito y otros que ayudan mucho desde la experiencia y lo vivido en esta institución. Hay bajas puntuales y entran algunos jóvenes, sobre todo en el pitcheo.
Con tan poco tiempo entre una Serie y otra es imposible variar la base del conjunto, incluso si tuviéramos cantera para eso.
¿Destacaría algún muchacho en formación en este momento?
Estamos viendo a muchos de los que se preparan para el torneo sub-23, pero resalto a Brayan González, un tremendo prospecto de la receptoría. Puede convertirse en el gran relevo para esa posición en la provincia.
El staff de lanzadores implica el mayor reto…
Se trata de nuestra área con mayor juventud, por eso incluimos en la dirección a Gálvez, como coach de banco. Tiene experiencia y ayudará muchísimo. Ya está trabajando junto a José Elósegui y Lázaro Valle.
