Escrito por Harold Iglesias
Tiene fresco aún en la memoria su designación como segunda base Todos Estrellas de la Serie del Caribe de Culiacán México. No es para menos, si conectó siete jits en 16 turnos, para ave de 438, con cinco remolques, además de que a la defensa no cometió errores en 29 lances. Lo que no imaginó nunca Carlos Benítez es que sería el segunda base titular del Cuba al IV Clásico Mundial de Béisbol.
Sobre la grama del Latinoamericano, en una de sus últimas sesiones de entrenamiento antes de partir a la gira de preparación de 11 partidos por el continente asiático, accedió a dialogar con CubaSí:
¿Cómo encara Carlos Benítez el reto de debutar como segunda base titular del Clásico tras la grata experiencia de la Serie del Caribe?
“Estoy muy orgulloso del trabajo que he venido realizando. Desde la segunda mitad de la Serie Nacional mi ofensiva mejoró, me caractericé por conectar e impulsar a la hora buena, tratar de fildear con seguridad en momentos de tensión. Así me fueron saliendo las cosas y a los play off llegué más seguro y preparado. Contribuí al triunfo de mi equipo Granma, algo que habíamos anhelado por muchos años. Debutar en el Clásico es el sueño de todo pelotero, pero intentaré hacerlo lo mejor posible, sin presión, buscando estar a la altura del nivel que tiene ese torneo”.
¿Cuánto te aportó la experiencia en Culiacán?
“Me aportó mucho. En materia de bateo casi nunca me había enfrentado seguido a pitchers de más de 90 millas, buen cambio, repertorio en sus rompimientos… Logré visualizar y concentrarme en cada turno y todo fluyó”.
Técnicamente Benítez es un jugador de cuadro (segunda y tercera) corpulento. ¿Qué estuviste trabajando, cambió algo en tu sistema de bateo, incorporaste algún ejercicio clave?
“En lo físico tuve que esforzarme mucho. Soy un atleta que engordo con mucha facilidad. Trato de hacer mucha dieta, correr mucho, combinar las carreras con aerobios y en los entrenamientos fildear en segunda, tercera y el short. Eso me ayuda a quemar grasa. Respecto a la mecánica de bateo, llevo varias temporadas conectando más de diez jonrones (la 50, 52 y 56 para ser exactos del total de 85 que posee). Me paro en el cajón de bateo a chocar la bola, no hago tanto swing, trato de pegarle en el medio, según la dirección que traiga el lanzamiento”.
¿Consideras que has mejorado en ese sentido, el de dirigir tus conexiones?
“Sí, he aprendido bastante en ese sentido. Antes de la Serie del Caribe hice unos ajustes con el profe Orestes Kindelán. Me dijo que sacara un poquito más el pie de adelante en lugar de hacia afuera, hacia adentro, porque se me iba un poco de balance el cuerpo y cargaba el hombro, y eso le restaba potencia al swing, ajustes que me salieron bien”.
Más de diez Series Nacionales, ¿lanzadores difíciles de conectar?
“Varios, Freddy Asiel, Vladimir García, de los activos. Antes, Lazo, Vera, Luis Miguel Rodríguez, los lanzadores laterales son complicados”.
Mejorías a la defensa, luego de años en que Granma quedaba entre los peores equipos en ese apartado…
“Siempre, desde que tenía nueve años y me inicié en la pelota, jugaba segunda base. Por estrategia del colectivo técnico en Granma, me colocaron en segunda porque teníamos un tercera muy bateador como Ramón Tamayo. Ahí poco a poco me fueron saliendo bien. Resultaron temporadas muy buenas, lo que había otros terceras que eran un fenómeno. Siempre seguí adelante con mente positiva, pensando que llegaría mi momento, y creo que es este.
A la defensa, Granma era un equipo que hacía muchos errores. Entre esos jugadores de cuadro era el de mejor average defensivo (980, 972 y 984 en los últimos tres clásicos domésticos, además de 985 en la postemporada 2016-2017). Tanto con el camagüeyano Alexander Ayala, como con el holguinero Yordan Manduley, me siento bastante cómodo haciendo combinación alrededor de segunda. Con el último jugué los play off y coincidimos en elencos Cuba juveniles, mientras que con Ayala estoy incrementando otros ejercicios para engranar la maquinaria y elevar la química, sobre todo en combinaciones de doble-play”.
¿Cómo ves las posibilidades de este equipo y dónde halla sus principales fortalezas?
“Lo primero que caracteriza a este grupo, es la unidad y cohesión. Es la tónica que traemos desde la Serie Nacional, que nos ha inculcado siempre el profe Carlos Martí. Del resto, es una combinación de muchos peloteros jóvenes, debutantes a este nivel y algunos experimentados. Puedes estar seguro que cada uno saldrá a defender la camiseta del Cuba con la mayor seriedad y responsabilidad posible”.
¿Preparado para ocupar un turno en la llamada tanda alta de la alineación?
“Estoy preparado y continúo entrenando para hacerlo bien. Hemos perdido hombres de calibre por distintas razones, pero tenemos otros como Despaigne, Cepeda, William Saavedra. Son grandes bateadores y están acostumbrados a conectar cuando la olla hierve. En mi caso, estaría muy contento de asumir ese rol en la alineación”.
Carlos Benítez mide 1.74 metros, pesa 91 kilogramos y tiene 28 años. Dentro de pocos días tendrá el orgullo mayor de representar a la pelota cubana e intentar preservar su prestigio en el IV Clásico Mundial. De por vida promedia 272 en nuestros clásicos domésticos, con 326 empujadas, OPS de 810, se ha ponchado en 374 ocasiones y ha recibido 412 boletos. Se despidió de nuestra plática señalando al cielo y pensando en su pequeña hija de seis meses Natalia, que aún no sabe nada de pelota, pero que al menos en el futuro podrá escuchar las historias de su padre, segunda base titular de la Mayor de las Antillas en el torneo más importante que acoge la disciplina de las bolas y los strikes.