Por Mario Martín Martín
Tras casi 20 años sin conversar de béisbol con Ariel Martínez Luis, vuelvo a llegar a la misma conclusión de cuando sus rectas dejaban estupefactos a los bates rivales. Ni antes ni ahora albergo dudas. Este hombre de 48 años de edad, a quien encuentro por estos días en el municipio de Ciro Redondo, pudo convertirse en uno de los mejores lanzadores cubanos de todos los tiempos. ¿O es que han abundado los lanzadores que tiren 98 millas en nuestras series nacionales?
— ¿Te acuerdas de aquel partido en el estadio José Ramón Cepero ante Pinar del Río, con José Ariel Contreras en la lomita contraria?
— ¡Qué si no me voy acordar! Fue el mejor juego que he lanzado en mi vida. Imagínate, que solo me pegaron dos hits, el primero me lo dio Luis Enrique Gavilán, en el octavo inning, y el otro Omar Linares, en el noveno. Pero a Contreras solo le dieron tres y ponchó a 14, y yo uno menos. Ese choque lo ganamos 2×0.
— En el «mundillo» beisbolero se habla de que no pocos bateadores -algunos bien reconocidos- se enfrentaban a ti con algo de miedo por tu tremenda velocidad.
— Eso me trae a la memoria que en 1997, en el estadio Guillermón Moncada, también le tiré un buen partido a la «Aplanadora santiaguera». Ese día le propiné cuatro ponches a Orestes Kindelán, quien, al concluir el juego, habló con Roger Machado, entonces receptor titular de Ciego de Ávila, y le preguntó si es que él había tenido un mal día o era yo que estaba bien. Machado se sacó la mascota y le enseñó la mano algo inflamada: «mira como me tiene ese negro la mano».
— He leído que tu recta llegó a marcar 98 millas…
— Cómo no, y fueron varias veces. En el estadio Latinoamericano, por ejemplo, ante Metropolitanos, la primera vez que la pantalla de la televisión la mostró, Eddy Martín le comentó a Héctor Rodríguez que, al parecer, la «pistola» estaba equivocada, pues nunca antes había marcado 158 kilómetros por hora. Luego, mis familiares me contaron que Héctor le respondió: «Pero Eddy, es que a Juan Pablo Echevarría (lanzador de Metros) le está marcando 148, que es la que él normalmente tira».
— No te parece que, con ese talento deportivo que poseías, pudiste llegar mucho más lejos en tu carrera deportiva.
— Cada vez que mi mente va hacia atrás, no dejo de reconocer cuanta verdad hay en la canción de Juan Almeida, Con juventud y experiencia. Si, ahora mismo, yo volviera a subirme en un montículo, con mis condiciones de aquellos tiempos, estoy seguro de que sería mucho más lanzador y que no hubiese terminado mi carrera deportiva tan temprano.
— En la actualidad, ¿a qué te dedicas?
— Soy entrenador de las categorías escolares y también ayudo en la de mayores. Te aseguro que si entre mis muchachos apareciera uno con un talento parecido al mío, le enseñaré todo lo que aprendí desde el punto de vista técnico, y trataré de que aprenda a pensar no solo en el box, sino, también, en la vida.