Autor: Oscar Sánchez Serra
GUADALAJARA.- A la Serie del Caribe, que aquí celebra su versión 60, le han llamado la Serie Mundial de Latinoamérica. El término, importado del béisbol estadounidense, es empleado en este contexto para ilustrar el nivel de un certamen muy corto, en el cual la calidad se expone no solo en cada juego, sino en cada lance. Un desliz puede costar caer desde la altura de semifinalista al frío sótano del último lugar.
Sin embargo, ya hace un par de años hay algunas intenciones de crecer en el número de integrantes de esta lid. En el 2016, en la cita de Santo Domingo, en entrevistas de prensa con directivos de la Confederación del Caribe, que dirige el dominicano José Joaquín Puello, se comentaba de un posible ingreso de Panamá, que ya estuvo en el circuito, y de Colombia, que tan buena imagen nos dejó en el pasado IV Clásico Mundial.
Ahora en esta ciudad, vuelve a comentarse del crecimiento, pero lo que no se menciona son los nombres de esas dos naciones, con costas al bello mar Caribe.
Ha trascendido aquí que el propio Puello plantearía en marzo en una reunión de la entidad «la necesidad de integrar a dos equipos de Asia a la Serie del Caribe». Según el periódico El Diario de esta ciudad, el presidente de la Confederación expresó que «si queremos que esto crezca económicamente debemos hacer cambios».
Puello no dijo de qué naciones serían esas escuadras del lejano continente, pero si crecer económicamente es proporcional a la calidad sobre el terreno, los primeros nombres que vienen a la mente serían representativos de Japón y Sudcorea. Dos elencos más obligarían a un calendario dividido en dos grupos, con el mismo esquema de hoy de dos semifinales para buscar los contendientes de la final.
De regreso al actual formato y a Guadalajara, habría que apuntar que las autoridades beisboleras de esta bella urbe han montado un certamen que se distingue, incluso, antes de haberse lanzado la primera bola, por su organización, en la cual la previsión y una certera planificación de los sucesos de una lid como esta, son las claves para que peloteros, árbitros, informadores y aficionados, sientan la pasión de este deporte.
Datos ofrecidos por el Comité Organizador hablan de que unos 50 millones de pesos (tres millones de dólares) se invirtieron para dejar listo el estadio Panamericano, uno de los más modernos de este país. Se espera, de acuerdo con la misma fuente, que unos 215 000 visitantes lleguen a la ciudad movidos por la Serie del Caribe.
Y aun cuando el primer partido entre Alazanes de Granma y Caribes de Anzoátegui no repletó el recinto beisbolero, aunque tampoco se puede decir que dejó desnudas las tribunas, Edgar González, ex jugador de Grandes Ligas y vicepresidente del Comité Organizador de este torneo, afirmó a la prensa que los boletos para los 13 juegos de la competencia estaban vendidos.