Autor:Norland Rosendo
Poco a poco se han tachando nombres de la lista inicial de candidatos para cubrir la vacante dejada por Víctor Mesa en el puesto de mando de los Industriales. Eran unos cuantos al principio, pero ya son menos; más bien, quedan dos que pueden ser, en una jugada estratégica y pensando en el futuro, uno solo.
Aunque oficialmente no se ha dicho nada y quedan optando algunos más, Juventud Rebelde supo por fuentes fidedignas que el próximo mánager de los Leones podría ser Rey Vicente Anglada o Carlos Tabares. Uno de los dos, pero yo creo que la solución salomónica estaría en un cambio pequeño que representaría mucho: propongo sustituir la O por la Y.
Personalmente conversé en las últimas horas con ambos. El Rey, que ha dicho públicamente que no desearía volver a un puesto del que se retiró con todos los honores posibles: tres coronas y el aplauso frenético de una afición que lo venera, está pendiente de algunas conversaciones con autoridades de la capital.
Me confesó que no estaba en sus planes asumir lo que tanto desea los seguidores de los Azules, pero tampoco lo descartó como en otras entrevistas. «Si acepto sería por una temporada», me dijo. Le pregunté por una posible fórmula con Tabares, para que el jardinero que fuera su capitán cuando él dirigía a los Leones se fuera preparando para reemplazarlo, y respondió sin titubeos: «muy buena idea, me gusta».
El Rey Anglada, aunque a su familia se le erizan los pelos y los nervios de pensar que retornaría a vestir el traje azul para dar órdenes, es un candidato de consenso. De solo correrse el rumor de que lo está pensando, la gente anda como loca por la calle buscando la confirmación.
Tabares, quien mantiene su disposición a asumir las riendas de los que hasta ayer fueron sus compañeros de equipo, me confesó que no lo pensaría dos veces si Anglada es el elegido y lo llama para integrar el cuerpo técnico. «Él y yo de solo mirarnos nos entendemos. Con él sé que puedo ayudar y aprender mucho».
Entonces, queda esperar. Que el silencio no demore más de lo prudente y que las «negociaciones» sean sobre la base de lo mejor no solo para Industriales, sino, incluso, para el béisbol cubano.
Que regrese Anglada, uno de los mejores directores que ha pasado por nuestros campeonatos nacionales y que haga tándem con un hombre con muchas potencialidades para llegar lejos también en esas funciones, es una opción sabia. Quemar etapas en el aprendizaje suele dejar huellas indeseadas y hay ejemplos que confirman lo desacertado de no formar adecuadamente a estrellas que después no brillaron como mentores, pese a sus condiciones para ello. No todo el mundo es Roger Machado.
A la pelota cubana le hace falta, entre tantas cosas, esa mezcla de experiencia y juventud en los equipos de dirección. La fórmula de Anglada-Tabares oxigenaría esperanzas, igual que el debut de Eduardo Paret con Villa Clara en la próxima temporada. ¿Quién sabe si un día también puede volver Alfonso Urquiola?