POR JORGE EBRO
Todavía Luis González no ha olvidado el momento en que le avisaron de la muerte de José Fernández. Cuando supo la noticia en un terreno de Santiago de Cuba fue como si le paralizaran el cuerpo. Le tomó tiempo superar el dolor de la partida de su ídolo.
La vida ha querido ahora que el joven prospecto de Oriente se una al mismo equipo del inolvidable guerrero de Villa Clara, tras firmar un pacto con los Marlins de Miami en la República Dominicana.
“Supe de los Marlins por Fernández, me gustaba verlo lanzar, su espíritu de competencia y su humildad’’, comentó González tras alcanzar su acuerdo con el conjunto de La Pequeña Habana. “Al momento de firmar pensé en él y en el camino que se abre delante de mí. Es un paso muy importante’’.
González pensó, además, en aquellos días en que solo con seis años comenzó a interesarse más por el béisbol y en su crecimiento como pelotero infantil, cuando compartía tiempo de juego entre el jardín derecho y el montículo.
Brillaba en las dos posiciones y solo después que alcanzó la edad juvenil sus entrenadores le sugirieron que se afincara como pitcher para que aprovechara su condición de zurdo, aunque hay días donde las ganas de tomar un bate en las manos le pegan fuerte.
“Antes no tenía tanto control, tal vez porque bateaba mucho’’, explicó González, de 19 años. “Luego me di cuenta que el hecho de ser bateador me daba ventaja. Allá arriba en el box me visualizo como el bateador y pienso en lo que haría mi rival, su manera de pensar. Trato de ser dos a la vez para vencerlo’’.
Ajenos en el pasado al mercado de peloteros cubanos, los peces se están acercando después de la firma de los hermanos Víctor Víctor y Víctor Mesa Jr. y se espera que al menos dos prospectos más de la mayor de las Antillas pasen a la organización a partir del 2 de julio, cuando se abra el nuevo ciclo de firmas internacionales.
A los Marlins les gustó su control, su recta de 93 millas por hora, sus envíos secundarios, pero sobre todo su madurez, una ética de trabajo que le permitió convertirse en una de las grandes promesas de su tierra en varios torneos Sub-15 y un solitario torneo juvenil y ahora extiende a Dominicana.
“El equipo me ha dicho que meta mano, para que siga subiendo y verme lo antes posible en las Mayores’’, agregó González. “Me están dando confianza y quiero corresponderles con mi mejor esfuerzo, demostrarles que no se equivocaron conmigo’’.
Con apenas 13 años, ya González sabía que debía marcharse de Cuba para buscar otros sueños. No fue un largo proceso de decisión, sino algo rápido, nacido al calor de las distancias. Las pocas veces que pudo ver lanzar a Fernández le reafirmaba la idea de tomar un nuevo rumbo.
Una vez habló con su madre y se lo dijo claro y firme: si se presentaba la oportunidad no la iba a desaprovechar, porque era el futuro y la salvación familiar. El chance llegó en diciembre del 2016.
“Ya en la escuela deportiva me sentía separado de la familia, así que le dije a mi madre que le iba a dar para adelante’’, recalcó González. “Ese pensamiento me inspira a continuar y el estar convencido de que voy a llegar, que lanzaré en Miami delante de tantos de mis compatriotas’’.