POR JORGE EBRO
Tanto han buscado y manoseado las leyes del Embargo Económico los abogados de las Grandes Ligas y el gobierno de Estados Unidos que no tengo duda hallarán esa rendija por donde colar un acuerdo para permitir que el talento cubano venga directamente desde Cuba de manera legal y constante.
Según The New York Times, en el Departamento del Tesoro ya habría un boceto de plan que incluiría una especie de cooperativa de peloteros, donde se incluirían empresarios cubanos -de los cuales no se da ni una pista-, el Sindicato de Jugadores y, por supuesto, las Mayores.
Dan Halem, quien viajó en diciembre a La Habana y es el principal representante legal de las Grandes Ligas, explicó que se creará una entidad sin fines de lucro a la cual se destinarían fondos de los salarios de los jugadores que no beneficiarían al gobierno cubano y se utilizarían en el desarrollo del béisbol en la isla.
Seguramente, Halem no tiene un pelo de tonto, pero este plan suena demasiado idílico, demasiado cándido como para que se ponga en efecto y le de un vuelco brutal a décadas de fugas, salpicadas por fronteras con lo ilegal y personajes de esas cien mil raleas de las que habla Serrat en Fiesta.
¿Dónde están esos empresarios cubanos del artículo del Times? ¿En Miami? ¿En La Habana? ¿Cuánto se descontará de los salarios? ¿Quién será el agente en funciones? ¿Cubadeportes? ¿Quién negociará el segundo o tercer contrato de los jugadores? ¿Estarán los jugadores cubanos atados a perpetuidad al sistema deportivo? ¿Los obligarán a jugar en cuanto torneo de poca monta exista en el mundo, como hicieron con Alfredo Despaigne al hacerlo ir de Japón a Toronto para los Panamericanos?
¿Estará Cuba dispuesta a renunciar a sus peloteros una vez que firmen en las Mayores? ¿Podrán quedarse a vivir en Estados Unidos si así lo decidieran? ¿Y si deciden que los represente un agente radicado en Miami? ¿Cederían tanto los dueños de los clubes que muchas veces no ceden a sus latinos a jugar en el Caribe?…¿Una cooperativa?
SEGÚN THE NEW YORK TIMES, EN EL DEPARTAMENTO DEL TESORO YA HABRÍA UN BOCETO DE PLAN QUE INCLUIRÍA UNA ESPECIE DE COOPERATIVA DE PELOTEROS, DONDE SE INCLUIRÍAN EMPRESARIOS CUBANOS -DE LOS CUALES NO SE DA NI UNA PISTA-, EL SINDICATO DE JUGADORES Y, POR SUPUESTO, LAS MAYORES
Huh…
Son dos párrafos de preguntas, pero puedo escribir muchos más. Muchos más. Siempre he defendido que un potencial acuerdo salvaría a la Serie Nacional cubana y eliminaría oscuridades en el trasiego de talento, pero lo que no puede sacrificarse en un acuerdo futuro es la individualidad del pelotero en aras del beneficio de una entidad multimillonaria y un gobierno acostumbrado a medir a sus atletas como si fueran propiedad privada con el cuento de que “yo te di educación, te preparé, te alimenté…’’.
Puedo entender que Cuba se beneficie de un sistema de posting, como en Japón, pero me parece inaceptable que el Sindicato acepte que se le cobre a un cubano más allá del cinco por ciento del salario que ellos tanto vigilan para el resto de los jugadores.
Puedo entender también que Cuba tenga una entrada por ese mismo posting -como los clubes nipones- del primer contrato, pero si un peloteros llega a firmar tres pactos en su carrera, los otros dos deben pertenederle por entero a su bolsillo. A nadie más. Y si el pelotero decide romper con Cubadeportes e irse con Scott Boras, por ejemplo, pues nadie se debe meter en eso. Eso tendría que ser derecho inalienable.
Todo se puede resumir en una útima pregunta: ¿por qué José Abreu puede gozar de plenos derechos fuera del pacto en Miami y el propio Despaigne tendría que aceptar regulaciones dentro del mismo y en la isla?
Grandes Ligas y el Sindicato -que para eso le pagan- debe escuchar primero al pelotero y después al estado. Que Barack Obama lance o no la primera bola en La Habana, eso está bien para la crónica, pero a dónde irá el dinero y los deseos del jugador, ahí radica la verdadera historia a seguir para saber quién hará realmente una Fiesta.
1 comentario
que cuadren esa seria la salbacion del baseball cubano, y mejoria pa los cubanos de alguna forma o otra;