Fotos por Yuhki Ohboshi
Por: Victor Manuel Blanco González
En mayo del 2016 el antesalista pinareño Wiliam Saavedra confesaba en entrevista al colega Michel Contreras: “Yo he pasado bastante trabajo en la pelota”.
El vueltabajero hacía referencia entonces a las disímiles vicisitudes afrontadas durante su carrera, sobre todo a la hora de engrosar las filas del seleccionado nacional.
Hasta esa fecha solo los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y la Serie del Caribe de San Juan, Puerto Rico, el propio año, figuraban en el aval del toletero a pesar que desde la edición número 50 de nuestros clásicos domésticos sus guarismos habían sido impresionantes.
Hoy día la suerte del pinareño ha dado un giro de 180 grados, pues luego de una exitosa campaña nacional, la cita caribeña de Mexicali demostró que está listo para empeños mayores.
Entrevistado por este medio vía Facebook, Saavedra ofreció declaraciones desde Corea del Sur, donde esta semana el Cuba enfrentó a novenas locales como parte de la preparación previa al IV Clásico mundial.
“Me siento normal, jugando alegre, sin pensar en la responsabilidad que tengo, me parece que estoy allá con mi equipo Pinar”, aseguró sobre la interrogante de cómo ha asumido jugar por primera vez a este nivel.
En ese sentido agregó: “Creo que no tenemos que demostrar nada, lo que sí hay que jugar pelota y tratar de que todo salga bien”.
Al momento de esta entrevista el plantel había perdido cuatro de sus últimas cinco presentaciones en tierras asiáticas cuando restaba muy poco tiempo para el arranque del Clásico. Ello, sin embargo, no preocupa al atleta de la más occidental de las provincias.
“Eso es normal: nosotros estamos pasando por un proceso de adaptación al cambio de hora que influye en el rendimiento del equipo, pero no hay preocupación.
“Cada cual es libre de pensar lo que quiera pero la selección está haciendo ajustes para llegar en óptima forma al Clásico, por eso estos topes son importantes, porque estamos viendo un picheo diferente del acostumbrado”.
Una de las cualidades admiradas por la afición cubana en esta nueva versión del equipo de la Mayor de las Antillas es la sapiencia y el aplomo que demuestra su director Carlos Martí, aun en situaciones de presión, sobre ello también opinó el pelotero local.
“Es como un padre para todos los atletas, siempre está aconsejándonos, se sienta a disfrutar los partidos y pienso que eso nos ha dado mucha confianza”.
Pasada la una de la mañana en Seúl, estas fueron sus últimas palabras a este reportero.
“Por ahora mi único deseo es seguir hacia delante y demostrar cada día más de lo que soy capaz, pues no sé hacer nada más que jugar béisbol”.