Por Nathalie Alonso
Los Cachorros, quienes en el 2015 ganaron 97 juegos en la temporada regular antes de quedar eliminados en la segunda ronda de los playoffs, llegaron al 2016 más empeñados que nunca en alcanzar la Serie Mundial y ganar el primer título de la franquicia en 108 años.
El presidente de operaciones de béisbol de la novena del norte de Chicago, Theo Epstein, dejó en claro que iba en serio con esa meta a finales de julio, cuando envió a cuatro prospectos a los Yankees – incluyendo al cotizado campocorto venezolano Gleyber Torres – a cambio del taponero cubano Aroldis Chapman.
Los Cachorros ya contaban con un cerrador sólido en ese momento – el derecho venezolano Héctor Rondón – pero Chapman posee un arma irresistible y poco común: una recta de 100 millas por hora.
Entre los Yankees y los Cachorros, Chapman tuvo efectividad de 1.55 en 58 innings de labor y logró 36 rescates en 39 oportunidades. El lanzallamas obtuvo 16 de esos salvamentos como integrante de la novena de Chicago, por quienes registró promedio de carreras limpias de 1.01 en 26.2 entradas.
Con dicha actuación, Chapman ayudó a los Cachorros a terminar con marca de 103-58, la mejor de Grandes Ligas.
«Es algo totalmente distinto cuando pones a lanzar a un muchacho que tira a 100 millas por hora», dijo el manager de los Cachorros, Joe Maddon, con respecto a Chapman. «Te hace sentir bien, sea quien sea que esté bateando. Esa es una de las razones principales por las estamos [en la Serie Mundial] ahora mismo».
Chapman, de 28 años de edad, pasó de los Rojos a los Yankees en diciembre del año pasado. Ese mismo mes, Cincinnati había acordado enviarlo a los Dodgers, quienes se retractaron del acuerdo cuando el oriundo de Holguín fue acusado de violencia doméstica. Chapman comenzó la campaña regular en la lista restringida y se integró a los Yankees el 9 de mayo, luego de cumplir una suspensión de 30 días bajo el programa de violencia doméstica de Major League Baseball.
Chapman ya tenía experiencia de playoffs con los Rojos, pero este año representa la primera vez que avanza más allá de la ronda divisional. En lo que va de esta postemporada, el cubano tiene marca de 1-0 con efectividad de 3.38. Ahora, su meta es ayudar a los Cachorros a llegar a la tierra prometida.
«Contento, orgulloso», dijo Chapman. «Me trajeron para acá con el objetivo del equipo ganar y llegar a la Serie Mundial y se dio».
De compañeros a rivales
Si Chapman y los Cachorros han de ganar la Serie Mundial, los bateadores de Chicago tendrán que hallar la manera de tener éxito ante el relevista Andrew Miller, quien no ha permitido carrera alguna en 11.2 innings de labor por los Indios en la postemporada e incluso fue nombrado el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Chapman y Miller comenzaron la temporada como compañeros de equipo en los Yankees. Ambos fueron canjeados a finales de julio y ahora se están enfrentando en la Serie Mundial.
«Es algo bastante bueno para los dos», dijo Chapman acerca de tener a Miller como rival ahora. «Bastante emocionante».
El capataz de los Indios, Terry Francona, ha acaparado titulares en esta postemporada por la manera agresiva y poco convencional en que ha utilizado a Miller y el resto de su bullpen. De su parte, Maddon le pidió a Chapman que sacara cinco outs en el Juego 6 de la SCLN ante los Dodgers, pero más allá de eso no tiene previsto cambiar su forma de usar al cubano.
«Creo que Aroldis, si hubiese querido hacer eso, creo que hubiera tenido que empezar desde los entrenamientos», dijo Maddon. «Tendría que cambiar su enfoque. Tendría que prepararse de una manera distinta. Sí me he fijado que tira una bola más pesada (en las prácticas) antes de lanzar una bola regular. Esa es su rutina.
«Estén de acuerdo o no, así son las cosas. Pedirle a un muchacho como Aroldis que cambie su rutina ahora mismo en postemporada y que haga otra cosa, creo que sería invitar el fracaso. La otra noche, le pedimos cinco outs, que es algo bueno. Entonces, de ahora en adelante, él sabe que es capaz de hacer eso. Pero ponerlo a pitchear así el sexto, séptimo u (octavo) será bien difícil».